Shoah representa una de las mayores atrocidades de la historia humana, el Holocausto nazi. Durante este período, millones de judíos fueron sistemáticamente exterminados por el régimen nazi en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
Este genocidio, orquestado por Adolf Hitler y su partido, no solo se limitó a los judíos. También fueron víctimas los gitanos, los homosexuales, los discapacitados, los polacos y otros grupos considerados "inferiores" o "indeseables" por los nazis. Se estima que entre 11 y 17 millones de personas murieron a manos del régimen nazi durante la Shoah.
Los campos de concentración y exterminio, como Auschwitz, Treblinka y Sobibor, se convirtieron en símbolos de esta brutalidad. Los prisioneros eran sometidos a trabajos forzados, experimentos médicos, hambre y enfermedades, y millones fueron asesinados en cámaras de gas.
La Shoah dejó una cicatriz profunda en la historia y en la conciencia colectiva. Sirvió para recordar a la humanidad el extremo al que puede llegar el odio y la intolerancia, y reforzó la necesidad de luchar por los derechos humanos y la dignidad de todas las personas.