Primera Guerra Mundial: "El Bloqueo" (Cap. 7).

"El Bloqueo" es el séptimo capítulo de una serie sobre la Primera Guerra Mundial. En este episodio, se discute cómo las marinas británica y alemana se prepararon para la guerra en agosto de 1914. Sin embargo, las dos flotas rara vez se enfrentaron, desarrollándose una guerra más sigilosa, una guerra no contra buques, sino contra la población.

Gran Bretaña y Alemania se disputaban el Mar del Norte. Gran Bretaña había cerrado el paso por este pero no podía enfrentarse a la flota alemana a menos que la sacara de sus puertos. La marina alemana creía que un golpe rápido con los submarinos podía desequilibrar la balanza a su favor; una guerra con golpes rápidos y sin reglas torpedeando buques navales, y luego, cuando se complicó la situación, mercantes.

Tras el hundimiento del Lusitania por parte de la marina alemana, los británicos alentaron la indignación mediante la propaganda. La embajada alemana en Washington recibió amenazas, y el presidente Wilson empezó a considerar a Alemania como enemigo.

La guerra era mala para los negocios, Wilson mantuvo separado de la guerra a EE.UU. La política alemana en EE.UU. era muy compleja: no la atacaba, pero ejercía el espionaje y el sabotaje. Pero nada se interponía en los negocios de la Bolsa de Nueva York; cuando perdía Alemania, ganaban las acciones de los aliados, cuando perdía Gran Bretaña, subían las acciones alemanas.

Los inversores norteamericanos apostaban a la guerra, mientras que el Primer Ministro británico, David Lloyd George, había una conexión entre la guerra y la banca: "El éxito significa crédito, los financieros no dudan en prestar a una empresa próspera", decía. Francia y Rusia financiaban la guerra pidiendo prestado a Gran Bretaña; y ésta, a su vez, ganaba dinero en la bolsa a través de su banquero en Wall Street, J. P. Morgan, y se lo gastaba comprando armamento y provisiones a EE. UU.

De todo el dinero ganado en norteamérica, el 99% era para los aliados; lo que hacía poner en duda la neutralidad estadounidense para los alemanes. EE.UU. había prestado tanto dinero que la Reserva Federal advertía que si los aliados perdían la guerra, los inversores no recuperarían su dinero. Durante tres años EE.UU. había sido el banquero de Gran Bretaña. Desde 1917, luchó en una cruzada por la justicia y la democracia.

El Mar del Norte se convirtió en el "mar muerto", seguiría así hasta el fin de la guerra. Los alemanes se fijaron la tarea desesperada de ganar la guerra antes de la llegada de los estadounidenses a Europa. La cruzada liberal del presidente Wilson se enfrentaría a nuevas ideas: socialismo y revolución.

Primera Guerra Mundial: "El Bloqueo" (Cap. 7).



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